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Guía para vencer el dolor crónico

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Guía para vencer el dolor crónico. Conoce en salud datos, esta interesante guía, ideas y consejos para poder vencer el dolor crónico que tanto daño hace a tu salud y tu estado de ánimo.

Es mucho más que un daño físico. El dolor crónico quita el sueño, el ánimo y hace que quien lo sufre se aísle poco a poco. Pero con las terapias adecuadas y poniendo en práctica algunos consejos es posible sentir alivio y mejorar la calidad de vida.

Las palabras se quedan cortas a la hora de definir el dolor. Y es que, según el Estudio Internacional PainSTORY, 6 de cada 10 personas que lo sufren aseguran que el dolor controla su vida y les provoca dificultad para caminar, vestirse, dormir... Además, dos tercios de los pacientes sufren ansiedad y depresión e incluso un 50% confiesa que a veces es tan horrible que "desearía morirse". Así lo viven los afectados por dolor crónico, pero los expertos afirman que no hay que resignarse a él porque se puede controlar.

UNA AUTÉNTICA ENFERMEDAD 

El dolor en sí mismo es un sistema de protección del organismo, una alarma de tu cuerpo ante un estímulo que lo "ataca". Y los estímulos pueden ser muy variados: desde una infección bucal hasta una quemadura. En estos casos hablamos de dolor agudo, un síntoma más de una dolencia concreta que dura el mismo tiempo que el trastorno. Pero cuando se trata de dolor crónico...

La causa que lo origina no está siempre tan clara. 

La lista de trastornos que pueden provocar dolor crónico (aquel que se prolonga más de 6 meses) es muy larga: migrañas, dolor de espalda, artritis, fibromialgia, fracturas, infección por herpes zóster, diabetes, problemas de los vasos sanguíneos, cáncer... Lo lógico es pensar que si se trata el trastorno que origina las molestias el dolor desaparecerá, pero no siempre es así. Otras veces, ni siquiera se identifica el causante. Incluso es posible que el trastorno que lo provocaba ya no exista, pero los nervios "sobreexcitados" sigan notificando dolor al cerebro.

Se trata de una auténtica enfermedad (no un síntoma)y como tal debe tratarse. 

Es un grave error pensar que si la dolencia que origina el dolor no se puede curar, este tampoco se puede mitigar. O que, como no se conoce la causa que lo origina no hay nada que hacer. La comunidad médica está de acuerdo en que el dolor crónico es una enfermedad en sí misma que requiere un tratamiento especializado.

Lo que agrava el sufrimiento y está en tus manos evitar

Es cierto que el dolor crónico es una enfermedad y, por tanto, deberá ser el médico quien decida el tratamiento más adecuado en cada caso. Pero también es verdad que, según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, se trata de una experiencia sensorial y emocional. Y es que el dolor es muy subjetivo. Resulta muy difícil cuantificarlo porque cada persona tiene su propio umbral (lo siente con mayor o menor intensidad) y lo vive de forma distinta. Además, es un trastorno que afecta al terreno de los sentimientos porque provoca desesperanza. Y ahí es donde entras tú. Tú, tu ánimo y tu fuerza de voluntad son determinantes para mantener a raya el dolor. Si te deprimes y lo ves todo negativo seguramente no encontrarás el coraje para abordarlo. Toma nota porque con gestos muy sencillos, desde hacer ejercicio hasta incluir ciertos alimentos en tu dieta, podrás aliviarlo en gran medida.

1 ¿Te sobran kilos y no haces nada para remediarlo? 

Existe una relación directa entre obesidad y dolor, según revela un estudio publicado en la revista "Obesity". En concreto, las personas con sobrepeso sufren un 20% más episodios de dolor, que aumentan hasta un 68% en sujetos con obesidad tipo 1 y hasta un 136% en individuos con obesidad tipo 2.

Simplemente bajando de peso se pueden prevenir o aliviar muchos trastornos como el dolor lumbar crónico, uno de los más comunes, o la artrosis.

2 ¿No haces nada de ejercicio porque crees que no puedes? 

Una de las consecuencias de esta enfermedad es la kinesiofobia, un trastorno que según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, es el miedo o fobia a moverse que tienen las personas que padecen dolor crónico por temor a hacerse daño y a sufrir todavía más. Sin embargo, la realidad es que el ejercicio ayuda a aliviar el dolor. Y no solo porque mejora todo tu organismo (ganas flexibilidad articular y tono muscular, se oxigenan mejor los tejidos, eliminas residuos tóxicos...). Sino porque generas endorfinas, hormonas reductoras del dolor.

Siempre hay una alternativa. 

Evidentemente si el dolor está originado por una artrosis no te convendrá el ejercicio intenso, pero sí caminar media hora al día para mejorar la movilidad. Busca la actividad que mejor se adapte a tu edad y tus limitaciones, empieza de forma suave y convierte el ejercicio en una rutina diaria.

3 ¿Vives permanentemente deprimida y te falta el ánimo? 

Es fáciI decirle a una persona que sufre dolor crónico que se anime cuando en realidad resulta muy duro convivir con él. Pero es importantísimo hacer un esfuerzo por ser optimista. Y es que la tristeza "intensifica" el dolor. De hecho, investigadores de la Universidad de Oxford han demostrado -usando técnicas de neuroimagen- que las personas deprimidas perciben las molestias con más intensidad que las sanas porque su cerebro procesa las sensaciones dolorosas con una mayor carga emocional.

Mejor ocuparte que preocuparte. 

Cuanto más ocupes tu mente con actividades que te distraigan, menos pendiente estarás de tu molestia. Tampoco te conviene estar hablando continuamente de tu malestar, así que rodéate de gente positiva que te ayude a "olvidar" la enfermedad.

4 ¿Duermes poco y mal porque el dolor no te deja? 

El 70% de los afectados tiene problemas para dormir, según el Estudio Internacional PainSTORY. Y es normal porque el propio dolor dificulta la conciliación del sueño o provoca despertares a lo largo de la noche. Sin embargo, este es un círculo vicioso que también debes romper porque si no descansas bien estarás agotada durante el día y acusarás más las molestias.

Haz todo lo que esté en tu mano para facilitar el sueño: acuéstate cada día a la misma hora; cena ligero e incluye alimentos ricos en triptófano como el plátano o la lechuga (tienen un efecto relajante), infusiones sedantes y una ración de hidratos para que el hambre no te despierte de madrugada; evita estímulos excitantes antes de acostarte (trabajar con el ordenador, ver la televisión...); descansa en un buen colchón y procura que en la habitación no se oigan ruidos.

5 ¿Tomas fármacos o alimentos con aditivos que agravan el problema? 

Ciertos medicamentos producen desequilibrios orgánicos que te debilitan con lo que si sufres dolor crónico acaban aumentándolo. Suele ocurrir con los fármacos para bajar el colesterol o los diuréticos. Si es tu caso consúltalo con tu médico para encontrar una alternativa al tratamiento.

Ten en cuenta que los alimentos con potenciadores del sabor (glutamato monosódico), el alcohol y los productos muy procesados (con colorantes y conservantes) empeoran las migrañas.

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